Por: Carlos Humberto Rozas
Publicado originalmente en : Biblioteca del Congreso Nacional
La reelección de Yuriko Koike como gobernadora de Tokio, supuso un salvavidas a la gestión política de Shinzo Abe, quien estaba destinado durante la debacle de los Juegos Olímpicos de Tokio y el Covid-19 a una escalada de críticas y presiones de la dieta japonesa a salir del cargo de primer ministro. La figura fuerte de Koike, podría cambiar la suerte, para bien, del ahora criticado Primer Ministro.
El hecho de que se haya reelegido a Yuriko Koike como gobernadora de Tokio por un segundo periodo, y de una manera aplastante a sus más cercanos opositores, marca una tendencia en el escenario político. Un escenario victorioso en el que Shinzo Abe, primer ministro japonés, se refuerza en su puesto, habiendo quedado casi en el filo del abismo político con la suspensión de los Juegos Olímpicos (JJ.OO) de Tokio 2020.
Shinzo Abe nunca pudo pronosticar la serie de problemáticas que tuvo durante la primera mitad del año. El impacto del coronavirus en Japón, los numerosos rebrotes pequeños en ciudades atiborradas de gente y sus políticas contradictorias y vacilantes, como, por ejemplo, el repartir por cada casa del Japón un pack de dos mascarillas por núcleo familiar, hicieron que perdiera adeptos dentro de la Dieta y sociedad nipona, a tal punto de ridiculizar con los llamados memes sus políticas. La guinda de la torta fue que, debido al coronavirus y las malas políticas públicas, el número de contagios subió considerablemente, pudiendo ser detenido solo por la disciplina de la cultura japonesa, mas no por políticas públicas efectivas (evitar sitios cerrados, evitar sitios aglomerados de gente y mantener distancia prudente). No obstante, en el mundo se vio justo el peak de contagios en Europa y el comienzo avasallante del número de casos en EE.UU. haciendo peligrar los Juegos Olímpicos.
Y decimos hacerlo peligrar, porque hasta último momento y bajo la decena de presiones de las federaciones deportivas del mundo, Japón bajó los Juegos y los suspendió hasta el próximo verano nipón, perdiendo miles de millones de dólares en contratos televisivos, venta de entradas, entre otros. No por nada los Juegos se mantendrán como Tokio 2020, si ya todo el merchandising estaba con ese número. También los más necesitados de Tokio perdieron, ya que los departamentos de la inaugurada villa olímpica serían para ellos cuando terminarán la cita olímpica. Ahora tendrán que esperar un año más, si es que la temporada de lluvias así también lo quiere.
La reelección de Yuriko Koike responde a una necesidad de la población a hacer frente con decisión a la pandemia. Como promesa de campaña, implantará un centro de diagnóstico temprano como lo que tiene EE.UU. para el control de futuras pandemias, como también piensa convertirse en una figura fuerte para hacer frente a los rebrotes. La imagen de Koike es lo que necesitaba Abe para poder mantenerse en el poder: una imagen fuerte, una mujer empoderada y decidida en acabar con la pandemia y llevar a cabo Tokio 2020 a como dé lugar, y que el coronavirus no sea impedimento en hacer cumplir el sueño del Primer Ministro. Unos juegos que relancen la cuarta flecha, la más postergada y la implícita, de las Abenomics.
*Carlos Humberto Rozas es autor de “Introducción a la Historia del Japón: Una mirada desde el fin del mundo” de Editorial Zero, 2020; es miembro de la Asociación Latinoamericana de estudios de Asia y África (ALADAA) y encargado del área cultural de Pro-Nihon (@pronihon).
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